5 maneras de asegurarse de que no lo haga

Si su empresa aún no utiliza tecnología de vigilancia para realizar un seguimiento de su trabajo, probablemente lo hará pronto, según los datos. Pero el monitoreo puede erosionar la confianza y dañar las culturas empresariales que ya son frágiles, y es posible que ni siquiera esté midiendo las cosas correctas.

Independientemente de los desafíos, muchas organizaciones están recurriendo a la tecnología de seguimiento para medir la productividad, especialmente con más empleados que trabajan desde casa. Y esta tendencia se está volviendo más común con todo tipo de trabajadores, incluso aquellos para quienes el seguimiento puede parecer una exageración. Los capellanes que están sujetos a un sistema de puntos basado en la cantidad de veces que se registran con los pacientes, o los trabajadores médicos cuyo lavado de manos se rastrea son solo el comienzo. El predominio de la tecnología de vigilancia, la reducción del trabajo presencial y la presión sobre los resultados de la empresa parecen haber creado una tormenta perfecta para que el seguimiento se convierta en la nueva norma.

Las consecuencias de estas capacidades y sistemas, tanto intencionadas como no intencionadas, son significativas, y el crecimiento de la tecnología de detección tendrá implicaciones de gran alcance para nuestras normas y sistemas sociales. La recopilación de datos no es inherentemente negativa, es una cuestión de cuán transparentes son las empresas al recopilar información y las elecciones que hacen sobre cómo se utilizan los datos.

Amplio uso de la vigilancia

Son comunes una amplia variedad de seguimientos, desde el seguimiento de correos electrónicos, llamadas telefónicas o pulsaciones de teclas hasta el recuento de números de acceso a la oficina. El reconocimiento facial y las grabaciones de audio y video se están volviendo comunes. Y los empleadores argumentan que necesitan los sistemas de seguimiento para monitorear la productividad, pero también para garantizar el cumplimiento de las políticas o la protección de datos confidenciales. También utilizan los datos para tomar decisiones comerciales o mejorar procesos.

Según un estudio realizado por Top10VPN, la demanda global de software de monitoreo de empleados aumentó un 78 % en enero de 2022, que es el mayor aumento en años, y la demanda ha aumentado constantemente en los últimos años. Investigación de Gartner encontró que en los próximos tres años, el 70% de las grandes empresas utilizará software de seguimiento. Otro informe estimado 8 de cada 10 de las empresas privadas más grandes lo utilizan en la actualidad.

Pero los trabajadores resisten, según un estudio de Mañana consultar que encontró que aproximadamente la mitad de los trabajadores tecnológicos renunciarían a un trabajo o evitarían tomar un nuevo trabajo si supieran que se está realizando un seguimiento. Investigación adicional por Gartner descubrió que el 10% de los empleados intentan engañar a los sistemas de seguimiento para manipular sus datos o socavarlos.

El problema con la vigilancia

Hay muchos problemas con la vigilancia, pero también puede ser un hecho de la vida en el futuro, y algo a lo que la gente tendrá que acostumbrarse. En un mundo en el que sus datos están en todas partes, los dispositivos escuchan sus palabras, las cámaras monitorean su rostro y los sistemas GPS conocen su paradero, el rastreo organizacional ubicuo puede ser inevitable.

Pero como tantas cosas, no es el qué, es el cómo. Si las empresas van a utilizar la vigilancia o el control de los empleados, existen formas de hacerlo menos perjudicial para la cultura y mantener la confianza en el proceso.

#1 – Sé abierto

Confianza en todo tipo de relaciones.—con personas o con organizaciones— se basa en la apertura como punto de partida fundamental. Como resultado, si una organización va a utilizar un software de seguimiento, es aconsejable informar a la gente sobre el seguimiento. Si bien es posible que los empleados no quieran ser rastreados, cuando se hace sin el conocimiento de los empleados, puede erosionar la confianza (aún más).

Las empresas pueden equilibrar la necesidad de seguridad y privacidad educando a las personas sobre por qué recopilan información y siendo lo más transparentes posible. La confianza y la cultura positiva también se mejoran al proporcionar más opciones y control, dando a los empleados la oportunidad de optar por no participar en la recopilación de datos cuando sea posible. Permita que las personas sepan qué se está rastreando e infórmeles sobre cuándo se les está rastreando y en qué condiciones.

Si el seguimiento se realiza con el fin de apoyar a los empleados o mejorar los procesos, ser abierto al respecto no debería ser un desafío. Pero si el seguimiento ocurre como una estrategia atrapada, en la que el objetivo es atrapar a las personas que se portan mal o castigarlas, las relaciones con los empleados y la cultura pagarán precios elevados.

#2 – Sé real

Las empresas también son sabias al reconocer las limitaciones de los sistemas de seguimiento. Es posible que puedan contar las pulsaciones de teclas, pero no monitorear hasta qué punto un empleado es un gran jugador de equipo, o las formas en que un trabajador contribuye a la credibilidad de la empresa al brindar un excelente servicio al cliente. La productividad es una imagen pequeña, mientras que el rendimiento (que incluye todo tipo de habilidades menos cuantificables) es la imagen más grande.

Y los sistemas de vigilancia son tan efectivos como las suposiciones que impulsan los algoritmos. Si un sistema está monitoreando la velocidad de lectura de correos electrónicos de un empleado, es posible que no tenga en cuenta la necesidad de tomar notas o reflejar el contenido del correo electrónico. Si un sistema mide la efectividad de las reuniones contando el número de capas jerárquicas (líderes y sus líderes) en la sesión, es posible que no esté dando cuenta de una cultura en la que los líderes son participativos o prácticos. Es difícil resistirse a invocar a Platón, el filósofo clásico que dijo que si las personas no entienden sus herramientas, están destinadas a convertirse en herramientas de sus herramientas: sabiduría antigua sin duda.

Los sistemas de seguimiento también se quedan cortos en la contabilidad del trabajo que hacen los empleados cuando no están frente a su computadora. Las horas que un trabajador pasa reflexionando sobre un problema fuera de línea, lo que lleva a un gran avance. O el tiempo que un empleado dedica a la lectura comercial o a la creación de redes, que son importantes para la eficacia, pero que no se reflejan en la velocidad de entrada de la computadora portátil.

#3 – Sé claro

También es útil tener claro por qué se utiliza la tecnología de vigilancia y comunicar las expectativas de rendimiento que la acompañan. Por ejemplo, ¿se utiliza el seguimiento para controlar la productividad o para proteger la información de la empresa? Además, ¿cómo se usará en las revisiones de desempeño y las decisiones sobre salarios y promociones?

También es importante aclarar los elementos de rendimiento que van más allá del seguimiento. Además de las pulsaciones de teclas, ¿cómo se mide el comportamiento colaborativo? ¿Y cómo se acreditan las nuevas ideas o las brillantes innovaciones al desempeño de un empleado? Permitir que las personas sepan no solo lo que cuenta, sino también lo que importa es importante para motivarlos sobre los tipos de trabajo que serán más significativos y contribuirán a la progresión de su carrera.

#4 – Concéntrate

Las empresas son más efectivas cuando las personas están comprometidas, inspiradas y empoderadas, por lo que es fundamental garantizar que la tecnología de vigilancia brinde beneficios no solo a las organizaciones, sino también a los empleados. Parte de la condición humana es la reciprocidad: cuando las personas reciben algo, están motivadas para dar algo a cambio. Considere el seguimiento del estado físico en el que las personas brindan libremente sus datos más personales a las empresas porque obtienen algo significativo a cambio: datos sobre su salud que les resultan útiles.

Al usar la vigilancia de los empleados, concéntrese en cómo los empleados pueden obtener valor. ¿Cómo podría el seguimiento del calendario ayudar a los empleados a tomarse más tiempo libre? ¿De qué manera el seguimiento de correos electrónicos podría resultar en recompensas o bonificaciones? ¿Y cómo podrían ayudar los datos de pase de credencial a las personas a encontrar amigos en la oficina o planificar el evento comunitario el día en que la mayoría de la gente está en la oficina?

#5 – Sé humano

Cuando las organizaciones usan el seguimiento, también es fundamental desarrollar líderes que puedan usar los datos de manera constructiva. Si los datos se utilizan para microgestionar o amenazar, sin duda creará atmósferas en las que las personas desconfíen y en las que les faltará motivación o compromiso. La alternativa es dar a las personas tanto control sobre su trabajo y sus datos como sea posible, y darles acceso abierto a los datos.

Además, los datos deben ser parte de las conversaciones en curso sobre no solo lo que se cuenta, sino también el desempeño general del empleado, incluida la forma en que su trabajo contribuye al panorama general, dónde se encuentran y dónde les gustaría desarrollarse.

En el peor de los casos, la vigilancia puede deshumanizar y distanciar a las personas, ya que los informes y las hojas de cálculo tienen prioridad sobre las relaciones. Pero lo contrario es mejor para el compromiso: personas que se sienten valoradas, respetadas y apoyadas en su trabajo.

En Suma

Si las empresas van a realizar un seguimiento de los empleados, la cultura general y las relaciones harán o desharán el proceso. Para las organizaciones, lo ideal son culturas constructivas y productivas donde las personas quieran trabajar, hagan un esfuerzo discrecional y aporten sus mejores habilidades.

Las mejores culturas son transparentes: se comparten abiertamente para que los empleados puedan tomar las decisiones más informadas. Siembran la innovación fomentando la asunción de riesgos adecuada y animan a los empleados a compartir y explorar. Las formas en que las empresas recopilan, rastrean y monitorean la información envían mensajes importantes a los empleados sobre el valor y la confianza.

Cuando las organizaciones valoran a los empleados, crean culturas de apertura y respeto y responsabilizan a los líderes por administrar de manera efectiva, esto contribuye en gran medida a que las personas acepten la vigilancia como un sistema para respaldar el trabajo, en lugar de una herramienta para manipular, controlar o eliminar la calidad de vida. En última instancia, las empresas deben hacer lo correcto, no solo lo posible, utilizando sus valores como guía.

Fuente: https://www.forbes.com/sites/tracybrower/2022/08/21/surveillance-technology-can-damage-culture-5-ways-to-ensure-it-doesnt/