El dólar se desplomó mientras los inversores apuntan a tipos de interés máximos

El reciente cambio en el mundo financiero es tan claro como el día: el poderoso dólar está perdiendo su encanto. Los inversores, aprovechando la ola de especulaciones de que el maratón de subidas de tipos de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos está llegando a su meta, se están deshaciendo rápidamente de sus tenencias de dólares.

Esto no es sólo una corazonada; es una tendencia respaldada por datos fríos y concretos.

Mareas cambiantes en los mercados de divisas

El mes pasado los gestores de activos se despidieron del 1.6% de sus posiciones en dólares, la caída más pronunciada desde noviembre anterior, según los informes de State Street.

Esta institución, que controla la asombrosa cifra de 40 billones de dólares en activos, señala que esta ola de ventas comenzó justo después de que el mercado laboral estadounidense mostrara signos de desaceleración a principios de noviembre.

Esta avalancha de ventas ha empujado al dólar a caer en picada, marcando su peor desempeño mensual en un año. Los analistas se están sentando y tomando nota, sugiriendo que esto podría ser sólo el comienzo de un alejamiento a largo plazo de los activos estadounidenses.

Michael Metcalfe, el maestro de la estrategia macro de State Street, señala que las ventas recientes están deshaciendo lo que él llama una posición “inusualmente grande sobreponderada [en dólares] estadounidenses”. En términos sencillos, los inversores están reconsiderando su historia de amor con el dólar.

Curiosamente, este tipo de retroceso rápido del dólar es raro y ha ocurrido sólo seis veces en las últimas dos décadas. El último hecho fue hace apenas un año y provocó que el índice del dólar, que mide su fortaleza frente a otras seis monedas, sufriera un golpe del 10% a finales de enero.

A pesar de esto, los gestores de activos todavía parecen tener debilidad por el dólar en comparación con otras monedas. Pero Metcalfe advierte que este afecto persistente no significa que la debilidad del dólar sea una fase pasajera.

Un año de montaña rusa para el dólar

Retrocedamos al año pasado, cuando el dólar era el rey de la colina, impulsado por los aumentos de tipos de la Reserva Federal. En un momento dado, el índice del dólar subió un enorme 19%, llenando los bolsillos de los fondos de cobertura que apostaron fuerte por él. Sin embargo, a finales de año, esta fuerza se había esfumado.

Un avance rápido hasta este año, y vimos al dólar flexionar sus músculos nuevamente, saltando más del 7% entre julio y octubre. ¿La fuerza impulsora? Datos económicos sólidos que hicieron que los inversores apostaran por que se mantuvieran las tasas altas.

Pero, como suele suceder, la trama se torció. La inflación estadounidense se enfrió más de lo esperado en octubre, lo que provocó un cambio en el sentimiento de los inversores y dejó al índice del dólar nuevamente donde comenzó este año. Ahora, los mercados de futuros apuestan por recortes de tipos por parte de la Reserva Federal para septiembre próximo.

Reacciones globales y oportunidades de mercados emergentes

Al otro lado del Pacífico, el Ministerio de Finanzas de Japón probablemente esté dando un suspiro de alivio. Con el yen alcanzando mínimos casi récord frente al dólar, la amenaza de inflación cobraba gran importancia. Pero, a medida que el dólar se debilita, el yen ha encontrado su equilibrio, ganando aproximadamente un 1.5% en noviembre.

Geoff Yu, estratega de BNY Mellon, destaca que sus clientes han estado abandonando dólares a un ritmo récord este año, favoreciendo monedas como el yen japonés, el dólar canadiense y varias monedas latinoamericanas.

Esta tendencia a la baja del dólar también es un acontecimiento bienvenido para los mercados emergentes. Un dólar más débil alivia la carga de pagar las deudas denominadas en dólares y despierta el interés de los inversores en estos mercados.

Por ejemplo, el índice de acciones de mercados emergentes MSCI, aunque va por detrás del S&P 500 estadounidense, aún así ha conseguido una respetable ganancia del 3% este año.

Francesco Sandrini, de Amundi, ofrece una perspectiva interesante: espera que la debilidad del dólar persista, en parte debido a una menor turbulencia entre Estados Unidos y China.

Sin embargo, señala un problema: el habitual cambio de los mercados desarrollados a los mercados emergentes parece un poco desviado desde que comenzó el conflicto entre Rusia y Ucrania. Hay un interés creciente en los mercados emergentes, pero está mezclado con incertidumbres geopolíticas.

En esencia, la historia actual del dólar parece un thriller financiero. Ha tenido sus máximos, impulsados ​​por los aumentos de tasas, y ahora enfrenta un mínimo potencial, impulsado por una narrativa económica cambiante.

A medida que nos adentramos en 2024, el viaje del dólar está lejos de terminar, y es un viaje que los inversores, economistas y países de todo el mundo observarán con gran expectación.

Fuente: https://www.cryptopolitan.com/dollar-ditched-investors-peak-interest-rates/