Crece la preocupación por la pérdida de terreno del mercado criptográfico de EE. UU.

Las demandas de la SEC, las normas tributarias ambiguas y las regulaciones estrictas están provocando inquietud en la comunidad criptográfica estadounidense, lo que posiblemente ponga en peligro el dominio estadounidense en el ámbito criptográfico.

En el corazón del mundo financiero se está desarrollando un importante debate sobre la posición de las criptomonedas en Estados Unidos. La Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC) está asumiendo un papel destacado, centrándose en las demandas y la aplicación de regulaciones que podrían influir en la dirección del creciente sector criptográfico estadounidense.

Esta situación podría conducir a un posible éxodo de los directores ejecutivos de criptomonedas que están cada vez más desilusionados con el estricto entorno regulatorio en su propio país.

Muchos ahora están explorando oportunidades en el extranjero. Por ejemplo, Brad Garlinghouse de Ripple está contemplando expandirse a lugares como Dubai, atraído por el ecosistema criptográfico único y transparente de la región.

Garlinghouse no es el único que expresa preocupaciones. El abogado pro-XRP, John Deaton, en un tweet reciente, no rehuyó referirse con franqueza a los reguladores de la SEC como "payasos", lo que indica que el enfoque de la SEC podría ser un talón de Aquiles para la escena criptográfica de EE. UU. 

En medio de este ataque regulatorio, se han retirado miles de millones de dólares de las plataformas criptográficas, lo que ha dejado oleadas de inquietud en toda la industria. 

Binance, uno de los gigantes de las criptomonedas, no se ha librado y se enfrenta al incesante escrutinio de la SEC por "solicitar ilegalmente" a clientes estadounidenses. Mientras tanto, Robinhood, la popular aplicación comercial, ha estado actuando con cautela, dudando en incluir ciertos activos atrapados en el punto de mira de una disputa legal. 

Y no termina ahí. Coinbase, otro peso pesado del mercado, se encuentra en el centro de atención de la SEC y enfrenta acusaciones de operar como un corredor no registrado. 

Claramente, el organismo de control no se detiene y la industria siente el frío. Y con el presidente de la SEC, Gary Gensler, entrando en terrenos controvertidos con sus puntos de vista sobre las criptomonedas, siendo Bitcoin (BTC) la única excepción, los debates están estallando, más candentes que nunca”.

Impacto de los obstáculos regulatorios en las criptomonedas

El director ejecutivo de Grayscale Investments, Michael Sonnenshein, ha hecho sonar una campana de advertencia sobre el enfoque estadounidense de la regulación de las criptomonedas. Critica la postura fragmentada y reaccionaria de la SEC, que corre el riesgo de sofocar la innovación en lugar de fomentarla. 

Sonnenshein subraya la extrema necesidad de definiciones distintas en torno a los valores y productos criptográficos, enfatizando que las empresas podrían buscar costas más amigables sin claridad, haciéndose eco de los sentimientos compartidos por el CEO de Ripple.

Esta vacilación regulatoria no es sólo una conjetura. Un informe completo de Andreessen Horowitz (a16z) señala una correlación directa entre las presiones regulatorias y la disminución del liderazgo estadounidense en criptografía. 

En particular, la actividad de los desarrolladores de criptomonedas con sede en EE. UU. cayó de un dominante 40% en 2018 a poco menos del 30% en 2022. Al mismo tiempo, el tráfico web estadounidense a sitios criptográficos clave se redujo, lo que sugiere una disminución del interés o la actividad nacional.

Mientras tanto, los sentimientos de Cathie Wood de ARK Invest resuenan con las frustraciones más amplias de la comunidad criptográfica. Como ella señala, Estados Unidos no está encabezando el movimiento criptográfico, sino que parece estar renunciando a su primera posición.

Estos acontecimientos, irónicamente, subrayan el cada vez menor atractivo de Estados Unidos en el ámbito de las criptomonedas. Si Estados Unidos pretende conservar su criptocorona, el tiempo corre y la coherencia regulatoria es primordial.

Problemas con los impuestos a las criptomonedas en EE. UU.

Otro desafío clave se centra en los impuestos a las criptomonedas, una dificultad que afianza aún más las luchas del país en la frontera digital.

El llamado del Comité del Senado de Estados Unidos a recibir orientación de expertos el 11 de julio es emblemático de este enigma. Con muchas preguntas que abarcan temas como préstamos de activos digitales, minería y apuestas, la cuestión central sigue siendo: ¿cómo deberían clasificarse y gravarse los activos digitales?

El Código de Rentas Internas de 1986, si bien es amplio, debe proporcionar una clasificación clara para estos activos digitales modernos. Pero, ¿por qué esta cuestión fiscal es tan fundamental en la carrera de las criptomonedas? En esencia, la ambigüedad en torno a los impuestos a las criptomonedas plantea dos desafíos principales. 

En primer lugar, para el estadounidense común y corriente deseoso de realizar transacciones criptográficas legítimas, la falta de directrices claras genera vacilación y confusión. Nadie quiere caer inadvertidamente en el lado equivocado de las leyes fiscales. 

En segundo lugar, la oscuridad abre puertas a malas prácticas, permitiendo que personas mal intencionadas exploten las lagunas del sistema.

Los intentos legislativos para abordar estas preocupaciones han sido abundantes, aunque con un éxito limitado. Tomemos, por ejemplo, la Ley de Equidad Fiscal en Moneda Virtual. Su objetivo era claro: eximir a las transacciones de activos digitales más pequeñas de estrictos requisitos fiscales, facilitando a los ciudadanos el uso de criptomonedas en las transacciones diarias sin la carga fiscal. 

A pesar de estos esfuerzos legislativos, el entorno regulatorio más amplio sigue plagado de controversias, lo que pinta un panorama no tan favorable para la industria de activos digitales en Estados Unidos.

El éxodo criptográfico estadounidense

En medio de todo esto, el informe de la Brookings Institution destaca una desaceleración discordante, con algunas ciudades importantes de EE. UU. presenciando una caída de hasta el 80% en las ofertas de trabajo relacionadas con las criptomonedas. Miami, alguna vez aclamada como una potencial criptocapital con el alcalde Francis Suárez a la cabeza, ha visto frustradas sus esperanzas.

Esta disminución es sintomática de un problema mayor: Estados Unidos está potencialmente perdiendo su ventaja en el ámbito criptográfico global. El auge fue meteórico, pero la caída posterior, exacerbada por el colapso de proyectos como FTX y la intensificación de las acciones gubernamentales, muestra la lucha de Estados Unidos por adaptarse y evolucionar con el ecosistema criptográfico.

El incierto panorama regulatorio criptográfico en Estados Unidos es un arma de doble filo. Por un lado, impulsa la estandarización y la seguridad. Por otro lado, aleja la innovación. Las principales empresas de cifrado, como Gemini, ya están echando sus redes en el extranjero, con la esperanza de encontrar entornos regulatorios más flexibles. 

Esta salida no sólo representa una pérdida en el negocio, sino que sugiere una confianza cada vez menor en la capacidad de Estados Unidos para liderar la frontera criptográfica, donde otras naciones ya han comenzado a liderar el grupo.

¿Dónde está la próxima criptocapital?

Con cientos de intercambios globales y miles de desarrolladores centrados en aplicaciones descentralizadas (dApps), el atractivo de las regiones con regulaciones más claras, particularmente Asia, se ha fortalecido.

Este sentimiento se vio amplificado por la “Operación Choke Point 2.0”, también conocida como la represión regulatoria, que sugiere que reubicarse en jurisdicciones amigables con las criptomonedas, como Corea del Sur, podría ofrecer un panorama operativo más fluido.

Japón también ha sido destacado como un destino favorable, dadas sus regulaciones proactivas, que garantizan la seguridad y un sólido poder adquisitivo. 

Otras regiones también ofrecen perspectivas prometedoras. Singapur, por ejemplo, parece haber surgido como otro centro prometedor.

En conclusión, si bien Estados Unidos sigue siendo un actor importante en el mundo de las criptomonedas, se encuentra en un momento crucial. La nación debe adaptarse y evolucionar para asegurarse de no quedarse atrás en el panorama criptográfico en constante cambio.

Trazando el camino a seguir

Si bien el pasado puede mostrar un panorama de oportunidades perdidas y desafíos en evolución, el futuro sigue siendo prometedor. Podría ser el momento de que las partes interesadas, desde legisladores hasta líderes de la industria, se reúnan, fomenten el diálogo y colaboren para lograr un marco cohesivo.

En lugar de ser reactivo, Estados Unidos podría adoptar una postura proactiva, comprendiendo las tendencias globales y adaptando sus políticas para fomentar la innovación dentro de sus fronteras. 

Países como Japón, Singapur y otros ya han demostrado que es posible equilibrar la supervisión regulatoria y el crecimiento de la industria.

De manera similar, al aprovechar su sólido marco institucional, su vasto grupo de talentos y su espíritu innovador, Estados Unidos podría recuperar su posición en el mercado de las criptomonedas.

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Fuente: https://crypto.news/concerns-grow-over-us-crypto-market-losing-ground/